Por supuesto, como todos los años el tumulto de gente rompe las pelotas hasta al mas tranquilo; cuadras cortadas hacen de Liniers el barrio mas enquilombado de toda capital.
Los colectivos que salen y llegan (109, 34, 106, 21, entre otros) tienen que terminar su recorrido dos o tres paradas antes ya que las calles están cortadas por este acontecimiento anual.
Para los creyentes, fieles (como quieran llamarse) es una muy buena oportunidad para agradecer y/o pedir; en cambio, para la gente común (ateo - creyente pero no fanático), nos rompe soberanamente los huevos y nos molesta toda esa payasada sin sentido.
Pero esto es Argentina, muchachos, están los pagados y los que pagan. Obviamente hay ciertas personas pertenecientes a la iglesia que paga a personas para que no paresca que cada vez hay menos adeptos.
Por este y todos los siete del año, provecho y paciencia, que tenemos un mes de tiempo entre cada reunión católica de agradecimiento del trabajo.
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